viernes, 31 de julio de 2015

Érase que se era un rey: Mi Rey

¿Puede enfermarse de amor? Yo no sé si habrá clases o tipos de patologías o malestar de amores pero, si algo es seguro es que mi diagnóstico sería Locura de Amor y lo sé por los síntomas: loca por tus besos, loca por ese cuerpo tuyo, loca por que me miren tus ojos, loca por que me abraces a cada instante, loca por oír tu voz y hablar contigo, loca por tenerte a mi lado y loca al separarme de ti.
Porque fue y es el sueño de mi vida.
Aquí os dejo este relato. Una historia escrita para mi chico, un verdadero príncipe.

Érase que se era:
http://dibujos.net
Hace mucho, muuuuuuuucho tiempo, en un país lejano donde todavía existían princesas y dragones, brujas y casitas de chocolate, habitaba en su reino un joven y apuesto príncipe.
Un príncipe cuyas características hacían las delicias de cualquier mujer. Era alto, como el faro que en mitad del inmenso mar alumbra, enseña y dirige el camino al navegante, al marinero y tripulante, rubio como la luz que, cada día, nos regala el astro sol, fuerte como el escudo que cubre y protege al guerrero en la batalla, valiente cual caballero real… Poseía una dulzura innata, cariñoso y gentil. Sus vecinos le querían, sus padres, los reyes, le adoraban.

Era un reino tranquilo, a lomos de una gran colina, bañada por un estrecho pero caudaloso río, cuyas aguas bajaban frías y claras para abastecer a los que allí vivían. Rodeado por frondosos árboles de diversas formas y distintas especies. Un paisaje idílico, donde la vida transcurría con total armonía, donde la felicidad inundaba cada casa, cada rincón, donde los días eran un regalo y las gentes se dedicaban a sus oficios y tareas, afanados en lo que más les gustaba. Pues allí todos hacían lo que amaban, lo que sabían y querían hacer. Allí todo el mundo aportaba lo necesario, así pues todos eran imprescindibles.
En las reuniones y festejos eran la envidia de los reinos colindantes. Todos sus habitantes participaban de las actividades. La música y el ruido, las risas y el deambular de su gente  podían oírse hasta altas horas de la noche.


Érase que se era: 
Un príncipe de cuento en un reino encantado…
¿Un príncipe que disfrutaba de su tiempo? ¿Un príncipe que ocupaba su tiempo?
Un príncipe que, aparentemente, es feliz…
Un príncipe que quiere lo que tiene pero, no tiene lo que quiere…
¿Un príncipe afortunado? ¿Un príncipe desdichado?
¡Un príncipe incompleto!
Hacía meses que su majestad, la reina, Rosa de Castilla, encontraba a su hijo apático, disgustado, incluso, triste.
El príncipe continuaba con sus aficiones, ayudaba a sus súbditos, trabajaba de noche cuando todos dormían con el fin de mermar sus esfuerzos, seguía con sus clases de arte, acompañaba a su padre en sus expediciones y cacerías, no faltaba a los acontecimientos del reino, en definitiva su vida como hasta el momento lo había sido pero, algo le apenaba, él lo sabía. 
Sabía que quería amar, necesitaba amar. Tenía mucho que ofrecer, mucho cariño que dar y compartir. Compartir instantes de felicidad, momentos de complicidad, días de alegría, noches de pasión y ternura.

Érase que se era:
Cumplió sus veinticinco años de edad.
Nunca en la historia del reino hubo un príncipe, heredero al trono, sin amor, sin el calor de una compañera.
La pesadumbre de este apuesto príncipe fue mayor cuando su padre, el rey Jesús de León le comunicó que pronto acontecería su sucesión y para ello debía encontrar una mujer, pues la tradición y normas reales así lo exigían.
Ya no descansaba por las noches, ni si quiera trabajaba, no conseguía centrarse en nada. Durante el día la búsqueda era incesable porque sabía que si él no encontraba el amor de su vida sería su padre quien impondría ese sentimiento, existiese o no. Y esto pasaría en la despedida de año y faltaban unos escasos meses.

Érase que se era:
Esa noche no tenía planeado salir. El reino celebraba la festividad de sus difuntos pero, él decidió quedarse en su habitación. Se sentía abatido.
Fue el silencio del castillo y la soledad de cuatro paredes, además del capricho del destino, lo que hicieron que saliese en busca de aire que respirar y ambiente del que disfrutar.
Cuan generosa y benevolente es la vida, a veces.
Esa noche, la noche de los muertos vivientes, la noche del reflejo de miles de velas encendidas en memoria de los más queridos, esa noche el príncipe más lindo de todos los príncipes halló lo que tanto anhelaba y había buscado, lo que siempre estaría dispuesto a cuidar: El Amor.
El amor que desbordó su corazón y le hizo sentir como jamás lo había hecho.
El amor que afloraba en su cara en una amplia y bella sonrisa.
Un amor que fue, es y será el mayor regalo en la unión de dos personas.
Un amor que cada día cuidaban con mimos.
Un amor que no encontró oposición pero, sí adversidad.
Ella vivía bajo el hechizo del tiempo que la tenía presa cual pájaro enjaulado, él vivía por y para su reino, ahora más que nunca se confirmaba su sucesión.
Querían estar juntos pero no sabían deshacer el hechizo, aún así su amor creció hasta límites insospechados. Fue la coraza que los mantuvo unidos.

Ese amor le convirtió en rey. El nuevo año llegó y con él su nombramiento y coronación. La continuación ya era un hecho. El nuevo rey y su reina fueron felices y comieron Risotto.

Y pensareis… ¿qué sucedió con el hechizo?

Hay amores que mueven montañas y cruzan océanos.
Amores que no entienden de idiomas, razas ni clases.
Amores que ignoran al tiempo y duran eternamente.
Hay amores que sólo viven por AMOR y NO hay embrujos, obstáculos ni trabas para amores que mueven montañas, cruzan océanos, no saben de lenguas y no son etéreos.

http://dibujos.net

COLORÍN COLORADO ESTE ROMÁNTICO CUENTO SE HA ACABADO.




9 comentarios:

  1. Que bonitoooo!!!!este cuento no se acabará nunca te quiero mxo....

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  2. Que bonitoooo!!!!este cuento no se acabará nunca te quiero mxo....

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Un par de dudas ortográficas, que seguro me resolveras...y ese nuevo rey tendra que tener descendencia..espero segunda parte

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  5. Te aclaro lo que necesites. Unos cuantas he subsanado. Este relato lo escribí en la intimidad, un poco de tontería, sin revisar su ortografía y lenguaje, después vino lo de intentar escribir.

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Bueno ahora creo que ya está arreglado, la verdad que aún había fallos de tiempo verbal, palabras a las que le faltaban letras... Cómo es posible publicar algo así??!!jijiijijijijijij... los viernes no puede hacerse ninguna entrada, no está una en lo que está.
    Besos!!

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