viernes, 31 de julio de 2015

Érase que se era un rey: Mi Rey

¿Puede enfermarse de amor? Yo no sé si habrá clases o tipos de patologías o malestar de amores pero, si algo es seguro es que mi diagnóstico sería Locura de Amor y lo sé por los síntomas: loca por tus besos, loca por ese cuerpo tuyo, loca por que me miren tus ojos, loca por que me abraces a cada instante, loca por oír tu voz y hablar contigo, loca por tenerte a mi lado y loca al separarme de ti.
Porque fue y es el sueño de mi vida.
Aquí os dejo este relato. Una historia escrita para mi chico, un verdadero príncipe.

Érase que se era:
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Hace mucho, muuuuuuuucho tiempo, en un país lejano donde todavía existían princesas y dragones, brujas y casitas de chocolate, habitaba en su reino un joven y apuesto príncipe.
Un príncipe cuyas características hacían las delicias de cualquier mujer. Era alto, como el faro que en mitad del inmenso mar alumbra, enseña y dirige el camino al navegante, al marinero y tripulante, rubio como la luz que, cada día, nos regala el astro sol, fuerte como el escudo que cubre y protege al guerrero en la batalla, valiente cual caballero real… Poseía una dulzura innata, cariñoso y gentil. Sus vecinos le querían, sus padres, los reyes, le adoraban.

Era un reino tranquilo, a lomos de una gran colina, bañada por un estrecho pero caudaloso río, cuyas aguas bajaban frías y claras para abastecer a los que allí vivían. Rodeado por frondosos árboles de diversas formas y distintas especies. Un paisaje idílico, donde la vida transcurría con total armonía, donde la felicidad inundaba cada casa, cada rincón, donde los días eran un regalo y las gentes se dedicaban a sus oficios y tareas, afanados en lo que más les gustaba. Pues allí todos hacían lo que amaban, lo que sabían y querían hacer. Allí todo el mundo aportaba lo necesario, así pues todos eran imprescindibles.
En las reuniones y festejos eran la envidia de los reinos colindantes. Todos sus habitantes participaban de las actividades. La música y el ruido, las risas y el deambular de su gente  podían oírse hasta altas horas de la noche.


Érase que se era: 
Un príncipe de cuento en un reino encantado…
¿Un príncipe que disfrutaba de su tiempo? ¿Un príncipe que ocupaba su tiempo?
Un príncipe que, aparentemente, es feliz…
Un príncipe que quiere lo que tiene pero, no tiene lo que quiere…
¿Un príncipe afortunado? ¿Un príncipe desdichado?
¡Un príncipe incompleto!
Hacía meses que su majestad, la reina, Rosa de Castilla, encontraba a su hijo apático, disgustado, incluso, triste.
El príncipe continuaba con sus aficiones, ayudaba a sus súbditos, trabajaba de noche cuando todos dormían con el fin de mermar sus esfuerzos, seguía con sus clases de arte, acompañaba a su padre en sus expediciones y cacerías, no faltaba a los acontecimientos del reino, en definitiva su vida como hasta el momento lo había sido pero, algo le apenaba, él lo sabía. 
Sabía que quería amar, necesitaba amar. Tenía mucho que ofrecer, mucho cariño que dar y compartir. Compartir instantes de felicidad, momentos de complicidad, días de alegría, noches de pasión y ternura.

Érase que se era:
Cumplió sus veinticinco años de edad.
Nunca en la historia del reino hubo un príncipe, heredero al trono, sin amor, sin el calor de una compañera.
La pesadumbre de este apuesto príncipe fue mayor cuando su padre, el rey Jesús de León le comunicó que pronto acontecería su sucesión y para ello debía encontrar una mujer, pues la tradición y normas reales así lo exigían.
Ya no descansaba por las noches, ni si quiera trabajaba, no conseguía centrarse en nada. Durante el día la búsqueda era incesable porque sabía que si él no encontraba el amor de su vida sería su padre quien impondría ese sentimiento, existiese o no. Y esto pasaría en la despedida de año y faltaban unos escasos meses.

Érase que se era:
Esa noche no tenía planeado salir. El reino celebraba la festividad de sus difuntos pero, él decidió quedarse en su habitación. Se sentía abatido.
Fue el silencio del castillo y la soledad de cuatro paredes, además del capricho del destino, lo que hicieron que saliese en busca de aire que respirar y ambiente del que disfrutar.
Cuan generosa y benevolente es la vida, a veces.
Esa noche, la noche de los muertos vivientes, la noche del reflejo de miles de velas encendidas en memoria de los más queridos, esa noche el príncipe más lindo de todos los príncipes halló lo que tanto anhelaba y había buscado, lo que siempre estaría dispuesto a cuidar: El Amor.
El amor que desbordó su corazón y le hizo sentir como jamás lo había hecho.
El amor que afloraba en su cara en una amplia y bella sonrisa.
Un amor que fue, es y será el mayor regalo en la unión de dos personas.
Un amor que cada día cuidaban con mimos.
Un amor que no encontró oposición pero, sí adversidad.
Ella vivía bajo el hechizo del tiempo que la tenía presa cual pájaro enjaulado, él vivía por y para su reino, ahora más que nunca se confirmaba su sucesión.
Querían estar juntos pero no sabían deshacer el hechizo, aún así su amor creció hasta límites insospechados. Fue la coraza que los mantuvo unidos.

Ese amor le convirtió en rey. El nuevo año llegó y con él su nombramiento y coronación. La continuación ya era un hecho. El nuevo rey y su reina fueron felices y comieron Risotto.

Y pensareis… ¿qué sucedió con el hechizo?

Hay amores que mueven montañas y cruzan océanos.
Amores que no entienden de idiomas, razas ni clases.
Amores que ignoran al tiempo y duran eternamente.
Hay amores que sólo viven por AMOR y NO hay embrujos, obstáculos ni trabas para amores que mueven montañas, cruzan océanos, no saben de lenguas y no son etéreos.

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COLORÍN COLORADO ESTE ROMÁNTICO CUENTO SE HA ACABADO.




jueves, 30 de julio de 2015

Por unas sabrosas lechugas

   
 Esa tarde había llovido como nunca. El camino se veía completamente anegado.
    Col y sus papás disfrutaban de un día en familia cuando les sorprendió la tormenta. 
    Todo lo rápido que pudieron se refugiaron en la grieta de un tronco que se encontraba cerca de donde estaban. Aunque pudieron haberse quedado dentro de sus casitas, papá prefirió el tronco por miedo a que cayera granizo y sufrieran algún daño.
    A Col le gustaba mucho la lluvia, deslizarse por el barro, el olor a tierra mojada y, sobre todo, lo ricas que sabían las lechugas con el agua escurriéndose por las hojas.
    Estaba ansioso por salir, recorrer el camino que va al huerto de Damián, donde crecían las mejores lechugas que jamás había probado. Prometió a mamá que regresaría antes del atardecer pero, oscurecía y Col no se daba cuenta, había comido tanta lechuga que cayó rendido, quedándose dormido.
    Cuando despertó ya era de noche y, pensando en lo asustada que estaría su mamá, emprendió el camino de regreso a casa.
    Salió del huerto de Damián pero la noche estaba muy oscura y no sabía qué dirección tomar. Echó un vistazo y no muy lejos vio una luz. Decidió llegar hasta allí.

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    Col: −Hola, me llamo Col, soy un caracol. Intento llegar a casa junto a mis papás, llené mi tripa de lechuga cuanto pude y me quedé dormido. ¿Puedes ayudarme?
    Lucy: −Hola, soy Lucy, una luciérnaga despistada. Estaría encantada de ayudarte.
    Col siguió a Lucy, pero………
    Col: −¡¡¡¡¡Un momento Lucy!!!!!!! Ya es la tercera vez que pasamos por esta roca, ¡¡¡¡¡¡¡¡estamos recorriendo la misma distancia todo el tiempo!!!!!!!
    Lucy había olvidado que buscaban la casa de Col y hacía rato que seguía el vuelo torpe de un escarabajo.
    Col: −A partir de ahora yo seré quien vaya primero.
    Escar el escarabajo se unió a la pareja, le gustaban los finales felices y esperaba que Col tuviera el suyo.
    De pronto oyeron ulular un búho, Col se paró, reconocía ese sonido. Todas las noches papá y mamá lo mandaban a la cama cuando lo oían, era su reloj.
    Col: −¡¡¡Chicos!!! ¡¡¡¡Ya estamos cerca!!!!!!
    Escar: −¡¡Estupendo!!
    A unos pocos metros de casa, Col estaba excitado. Creía que mamá estaría muy enfadada, le reñiría y nunca más le dejaría salir en los días de lluvia.
    Comenzó a llorar tanto, que las lágrimas le impedían ver el camino y, de repente
    Col: -¡¡AAAAAAAAAAAAAHHHHHHH!!
    Col cayó a un hoyo que había en la orilla del camino.
    Lucy bajó corriendo, alumbrando para ver si se había hecho daño. Estaba bien pero desanimado.
    Col: −Subir ahora por todo este barro me llevará horas y mamá enfurecerá todavía más.
    Palote que andaba camuflado sobre la rama de un árbol oyó a Col y decidió ayudarle, contribuyendo así en la búsqueda de su casa.
    Palote: −No os preocupéis chicos, yo con mi delgado y estirado cuerpo haré de puente entre lo profundo del hoyo y el firme de la tierra.
    Escar: −¡¡¡¡Bravoo!!!!
    Lucy: −¡¡¡¡Bravoo!!!!
    Col: −¡¡Rápido!! Date prisa. ¡¡ Lucy alumbra!!
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    Palote se colocó tal como había dicho y en un instante Col estaba junto a todos en la superficie.
    Col: −Muchas gracias Palote. ¿Quieres venir con nosotros?
    Palote: −Será un placer.
    Todos continuaron por el camino.
    Lucy ya estaba cansada y casi no podía alumbrarles.
    Col: −¡¡Vamos chicos!! Ya estamos cerca.
    Y entonces…. Lo vio, un enorme romero, ¡¡¡su casa!!!!
    Adoraba su casa, lo feliz que era junto a sus padres y lo bien que olía siempre.
    Cuando llegaron mamá dio un gran y baboso beso a Col y a sus amigos les preparó un banquete para chuparse las patas.

    Todos felices comieron y contaron lo que sucedió en el camino.   





lunes, 27 de julio de 2015

Reflexión: A veces, la vida.


Nos diferencia del resto de seres vivos ser seres sociales y racionales.
La razón nos da la coherencia, nos permite el pensamiento y almacena los recuerdos pero, también nos da problemas. Problemas de cabeza y corazón.
Cuestiones que no se asimilan, otras que no atienden a nuestra lógica, algunas que no se digieren y que, finalmente somatizamos.
Sabéis a lo que me refiero pues es probable que os haya pasado, os esté sucediendo o, quizás os ocurra en el futuro.
Puede que un mal sueño nos traiga de vuelta el pasado, puede que el olvido siga acordándose de esa persona, puede que la nostalgia no nos permita disfrutar del momento, puede que la incertidumbre sea la angustia del presente, puede que la ignorancia nos golpee contra la más dura realidad, puede que un futuro sin expectativas sea el final de nuestros sueños, puede que el cariño más deseado sea el acero más frío que nunca hayamos tocado, puede que exista el gris y no vemos más que blanco o negro...
Cuando esto suceda no os asustéis y, sobre todo no os derrumbéis. No dejéis que la razón se nuble ante una situación crítica, ya sea económica, familiar, laboral, social y/o particular.
Jamás os rindáis ante nada ni nadie, la vida es maravillosa, sólo déjala fluir. " No hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo resista".
Hace dos años y cinco meses mi problema se llamaba trastorno ansioso-depresivo, al que hice dueño de mi vida, convirtiendo mis miedos en síntomas orgánicos y funcionales, aislándome de mis círculos sociales, odiando lo que consideré que fueron las causas y causantes de mi mal estado y llorando ante la menor ocasión.
En los peores momentos de mi enfermedad desee ser cualquier otro ser: un perro, un gato, una planta, cualquiera que no pudiera sentir el dolor de la palabra, que no tuviera que buscar un sustento, cualquiera que sólo se interesase por vivir. Abrir los ojos cada día y agradecer al sol que calienta, al aire que aleja lo que no nos gusta o a la lluvia que borra una mala huella.
Ahora vuelvo a ser la que era, con ayuda eso sí y muy buena, pues es importante saber que no estamos solos, que hay profesionales y familiares dispuestos a hacer lo mejor por y para ti, que ellos te abren camino donde no hay más que zarzas.
He aprendido que una actitud positiva es una herramienta imprescindible, que el rencor y el temor aumentan el daño sufrido y que si no puedes o no sabes afrontar el problema lo mejor es asumirlo y ser consciente de que el cambio no siempre depende de uno mismo.
Por último, he dejado de cuestionármelo todo para vivirlo todo!!!!!

jueves, 23 de julio de 2015

Indicación// Una linda calabaza

Como os dije en la entrada anterior os explico la manera de jugar con estos divertidos cuentos. En próximas entradas os diré si admiten juego o no.

INDICACIÓN AL JUEGO
El cuento herramienta fundamental en la educación de un niño.
Historias que permiten volar a la imaginación de grandes y pequeños, que enseñan valores y conductas a los niños y recuerdan a todos que una vez lo fuimos.
El abuelo a su nieto, el padre a su hijo, un tío a su sobrina, la maestra a sus alumnos, todos hemos contado un cuento en alguna ocasión. Ese momento en que el niño es todo oídos porque desea saber qué pasó con aquella princesa capturada, por qué papá abandona a sus hijos en el bosque…
Escuchar cuentos les apasiona y si hay algo que les guste más es jugar.
Les propongo la combinación de ambos, cuentos que ofrecen la posibilidad de juego.
Al  tiempo que los niños siguen el desarrollo del cuento, interactúan y dinamizan entre ellos.
Es sencillo en los relatos que aquí se presentan se repiten diferentes nombres, bien sean ingredientes de cocina, verduras, colores…
El juego consiste en dar a cada niño uno de estos sustantivos que aparecerán a lo largo de la historia, cuando escuchen el que les ha tocado, deberán cambiar de silla, si están sentados, o de lugar si lo hacen de pie, entre ellos. Si se quiere el monitor o cuenta cuentos puede participar ocupando cada vez la posición de un niño, mandando así al último y más rezagado en ocupar sitio, al centro.
Por ejemplo: en el cuento de “Una linda calabaza”, los nombres a repartir entre los niños serían las distintas hortalizas que aparecen: tomates, pepinos, patatas y calabaza.
Es muy divertido, el niño presta atención durante todo el cuento y se lo pasa genial, las risas están aseguradas. Yo, en mi experiencia, he trabajado con ellos y tuvieron una gran aceptación entre los niños.
 Son ideales para Talleres de Lectura y Actividades de Cuenta cuentos en grupo, para fiestas de cumpleaños, etc.

UNA LINDA CALABAZA
Todos los días lo mismo. Desde su puesto, en el cajón del mercado, una hermosa calabaza veía desfilar a muchas personas de un lado a otro. Los lunes desde la Plaza Mayor de Quiron, los martes en la calle Ancha de Satín, los miércoles en el cerro Abierto de Pladur y, así cada día de la semana, resplandeciente y naranja esperaba que unos ojos se fijasen en ella.
                                    

Estaba acompañada de otros frutos y hortalizas: pepinos, tomates y patatas, a los que veía salir de sus cajas alegres, escogidos por distintas manos, contentos de pasar a formar parte de la dieta de diferentes personas.
    Calabaza no entendía por qué no gustaba tanto como: el tomate, la patata o el pepino.−Sería por el color, pensaba. Ni por qué se llevaban los pepinos−¿A caso les gustaba más su forma alargada? ¿Y las patatas? Tienen un color feo y están bajo tierra, ¡¡¡qué horror!!! Pensaba la calabaza.
Ella no sabía de las propiedades nutritivas del tomate, los pepinos o las patatas pero, por supuesto, sabía las suyas.
−¡¡¡Tengo numerosas propiedades!!! Tengo un alto contenido en vitamina A, B y C, así como múltiples minerales. Ayudo a cuidar la salud, porque limpio los pulmones y aumento las defensas, tengo un alto contenido en fibra, por lo que quedan satisfechos conmigo, enriquezco las dietas de las personas diabéticas, soy buena para la piel... Pero nada, otra vez a recoger. Volvería al camión y, al día siguiente, otra vez a su cajón, con nuevos  tomates, patatas y pepinos.
¡Ya estaba cansada quería valer para algo! Una mañana se hizo rular por el cajón, llegando así al de sus vecinos los tomates.
−Quizás de esta manera se confundan y me lleven, pensó.
No fue lo que, exactamente, sucedió. Una joven muy simpática que fue a comprar patatas le dijo al comerciante que había una linda calabaza mezclada en los tomates y éste amablemente se la regaló.
Calabaza se puso feliz.
     −¡¡Por fin!!! Se dijo.
Una vez en casa de la joven tomó su puesto, un enorme frutero dentro de la despensa.
Pasaban los días y calabaza seguía allí. Empezaba a sentirse inútil.
−Aquí no hago nada, al menos en el mercado veía el sol, gente y alegría. Además, echaba de menos a los pepinos, tomates y patatas.
Una tarde de otoño calabaza oyó unas voces de niños pequeños, decían que debían adornar la casa para Hallowen. Ella no sabía a qué se referían pero, de repente, aparecieron dos niños en la despensa, agarraron a calabaza y la sacaron de su sitio.
Estaba asustada.
Todos se reían, parecían felices, pensó que no tenía por qué temer nada.
    Calabaza se dejó hacer y, al cabo de unas horas se convirtió en una brillante y bonita calabaza de Hallowen. Pero eso no fue lo mejor y es que la colgaron a la entrada de la puerta de la casa, donde podía ver otra vez el sol, la gente, el discurrir de los días.
Calabaza estaba feliz, sabía que no formaría parte de una dieta equilibrada como sus amigos: los tomates, patatas y pepinos, pero iba a ser la envida de todas las calabazas de su barrio.                           
                                          



martes, 21 de julio de 2015

Rompiendo el hielo: "El huerto de Leonardo". Microrelato y versión extendida, para juego.


Leonardo heredó de su padre un hermoso huerto que trabajaba orgulloso esperando ver sus frutos.
Un día una patata, cansada de estar bajo tierra, junto a sus compañeras gritó y pidió a los tomates que les ayudaran a salir y contemplar así la luz del día. Ellos lo intentaron pero, como eran tantos en la mata se rompía y caían al suelo.
Decididos los pimientos que, observaban a los tomates, les echaron una mano. Y con la vigilancia de las lechugas y los guisantes consiguieron desenterrar a todas las patatas.    
Asombradas vieron el sol, las nubes, los pájaros… Supieron el color que tenían sus compañeros, todos eran de un color intenso: rojo, verde… Ellas eran feas y marrones, se entristecieron y lloraron pero, entonces un guisante les habló:
     −Yo soy muy pequeñito y envidio vuestro tamaño. Ustedes, tienen ese color porque no les da el sol y las cubre la tierra. La tierra es inmensa y sin ella, nosotros, no podríamos vivir. No os lamentéis, tenéis un color precioso. ¡El color que a todos nos da la vida!-
Tomates, pimientos y lechugas quedaron maravillados con las palabras del guisante. No sólo había dado una lección a las patatas, sino que todos aprendieron lo importante que es la tierra que los hombres pisan y donde ellos crecen.
Felices las patatas,  pidieron que, todos unidos, las volviesen a enterrar.
Ese año, cuando Leonardo recolectó: sus patatas, tomates, pimientos, lechugas y guisantes fueron los más ricos y sabrosos del mercado.


VERSIÓN EXTENDIDA PARA JUEGO
(Más adelante explicaré cómo se juega)

No hace muchos años vivía un señor en una aldea llamada Tolandia.
Tolandia estaba poblada de pequeños huertos y, cómo no, este señor que se llamaba Leonardo, tenía un hermoso huerto.
 Aunque vivía solo era feliz porque no necesitaba nada más que sus fieles hortalizas: patatas, lechugas, tomates, pimientos y guisantes.

Leonardo trabajaba en la ciudad pero, por las tardes regresaba a Tolandia y contemplaba orgulloso su huerto. Primero fue de su tatarabuelo, luego pasó a su bisabuelo, de él a su abuelo y éste se lo dio a su padre. El padre de Leonardo murió y le hizo prometer que cuidaría el huerto y que siempre sembraría en él.


Al principio, no sabía cómo se hacía. Preguntó a los hombres de Tolandia y le dijeron cómo sembrar patatas, para cuando poner pimientos, cuántos guisantes saldrían, qué colores de tomates había y cuáles eran las mejores lechugas. Así comenzó su labor y continuación en el huerto de su padre.
Un día, cuando Leonardo estaba en la ciudad, el huerto o, mejor dicho los productos del huerto cobraron vida.
Fue una patata que, cansada de estar bajo tierra, junto al resto de tubérculos, gritó y pidió a los tomates que les ayudaran a salir y contemplar así la luz del día.
Los tomates se pusieron a mover la tierra pero, como eran tantos en la mata se rompían y caían al suelo sin poder sacar la patata. Pidieron apoyo a los pimientos que los observaban. Mientras los tomates y los pimientos asistían a las patatas, las lechugas y los guisantes vigilaban que nadie pudiese verlos.
Con todo el esfuerzo de los tomates, los pimientos y la vigilancia de las lechugas y los guisantes consiguieron desenterrar a todas las patatas.
Por fin vieron el sol, las nubes, los pájaros, supieron el color que tenían los guisantes, pimientos, tomates y lechugas. Todos eran de un color intenso: rojo, verde… Ellas se pusieron tristes. Eran feas y marrones.
Lloraron pero, entonces un guisante les habló:
     −Yo soy muy pequeñito y envidio vuestro tamaño. Ustedes las patatas tienen ese color porque no les da el sol y las cubre la tierra. La tierra es inmensa y hermosa y sin ella, nosotros, no podríamos vivir. No os lamentéis patatas, tenéis un color precioso. ¡¡¡El color que a todos nosotros nos da la vida!!!!
Los tomates, pimientos y lechugas quedaron maravillados con las palabras del guisante. No sólo había dado una lección a las patatas, sino que todos aprendieron lo importante que es la tierra que los hombres pisan y donde ellos crecen.
Felices las patatas, orgullosos los guisantes y asombrados los tomates, pimientos y lechugas se rieron y besaron.
Las patatas pidieron que todos unidos las volviesen a enterrar.
Ese año cuando Leonardo recolectó sus patatas, tomates, pimientos, lechugas y guisantes fueron los más ricos y sabrosos de Tolandia.




lunes, 20 de julio de 2015

El Olvido

- ¿Dónde habitan los recuerdos?- Preguntó una estrella al viento.
- ¡En el mejor de los cuentos!- Contestó una voz sin aliento.

De una vez por todas, me he decidido. Lo que hace un tiempo era una idea en potencia, hoy ya es un hecho, ¡Mi blog!, y estoy entusiasmada, ilusionada, encantada... Se me podría aplicar cualquier adjetivo que tenga una connotación positiva. Desde este momento y, en adelante la Vida es Maravillosa!
Os podrá parecer una tontería, incluso una nimiedad que el motivo de mi agitación sea algo tan sencillo como encender el ordenador y seguir unos pasos pero, tan sólo pretendo transmitiros que en las cosas más simples también se encuentra la felicidad y nos equivocamos al pensar que el dinero, la abundancia, el poder o el reconocimiento son las herramientas imprescindibles para alcanzarla. El dinero puede comprar aquello que está en venta, hasta el momento no he visto una etiqueta con el precio de la felicidad, por poner un ejemplo: un jacuzzi en mi cuarto de baño 6 plazas posición sentado, 2 en semi-acostado, 3 reguladores de potencia de los chorros de hidromasaje, una lámpara sumergida y lector de CD/DVD, escalera y calefacción incluida lo que nos proporciona es un estado de bienestar y confort. Nos ayuda a relajarnos tras una dura jornada de trabajo pero, no nos quita las penas, si las tenemos o, los problemas, no nos arranca golpes de risa, ni lágrimas de emoción. Por tanto, bienestar y confort son adjetivos que podrían encontrarse dentro de la definición de felicidad pero que no lo son. En su caso, la abundancia no tiene que ser sólo positiva, todo lo que viene a lo grande también trae la decepción en amplias dimensiones, porque dicen que todo lo que sube, baja. El poder ayuda, abre puertas y hace camino pero, ¡ojo! estamos viendo que esos caminos privan de la libertad y no ser o estar libres nos hace infelices. Por último, el reconocimiento debería venir de la mano de la precaución pues son muchas las personas que se acercan con intención y queriendo sacar un provecho, anteponiendo sus intereses a la relación, llegando incluso a lastimar sentimientos y desenmascarar personas.
Pero seguro que esto ya lo sabéis y, como mi intención no es dar lecciones de moral o convencimiento ahí lo dejo. Mi pretensión es compartir lo que me viene a la cabeza, transformo en palabras y se me escapa de la boca, a veces en forma de cuento, otras en versos, rimas y/o dedicatorias y, por supuesto, si con ello puedo serviros de ayuda pues, no sé...en una sesión de cuenta cuentos, en una felicitación, en los sueños de vuestros hijos,... yo encantadísima.
 Porque lo que no se comparte no tiene esencia y lo que no tiene esencia se olvida y El Olvido no conoce ni sabe y, yo quiero que lo que mi imaginación me brinda se conozca. Así pues, rescatadas del fondo del cajón, unas cuantas hojas de libreta pasarán a ser parte de la informática y, si tú quieres también parte de ti.
A partir de ahora me tienes para lo que quieras!!!

Besos y Recuerdos!!!