lunes, 27 de junio de 2016

Hoy, puede ser un nuevo mañana

Hoy emprende una lucha. Una guerra de la que poder vanagloriarse y de la que no obtendrá ningún reconocimiento, más que el derecho lícito de todo ser humano, la única e inapelable condición que todos deberíamos poseer: una Vida Sana y Saludable, donde la enfermedad no tenga la capacidad de poder mermar nuestras facultades, donde no pueda tomar el timón y controlar el rumbo de nuestros destinos.

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Hoy solamente los que lo queremos sabemos el camino que está por comenzar.
¡¡Valiente Dios si existes, el Universo y todo lo que en él conspira!!
¿Quién decide poner a prueba a un ángel caído del cielo, a una alma pura e indefensa, cuyo pecado es colmar de orgullo y cierta arrogancia a unos padres henchidos de felicidad por su llegada?
Hoy lleva su mochila como cada mañana pero, el trayecto es diferente y lo que en ella ocupa también.
-Mamá, ¿por qué has metido mi pijama de Spiderman?
-Quizás la excursión a este nuevo cole se alargue unos días. Puedes coger a Beny, seguro que querrá acompañarte.
Hoy no encuentro las palabras para explicarle a un niño de ocho años que, sin conocer las causas, un grupo de células ha comenzado a crecer y multiplicarse en su organismo, anulando las células normales de su alrededor.
¿Es, realmente, necesario decirle la verdad?
Siempre ha sido un chico muy adelantado y listo, con algo de picaresca y resuelto pero, hay cosas que la razón no entiende y que, difíciles de ser asimiladas, se alejan de cualquier explicación posible.
Por supuesto, que si quiere respuestas, las tendrá. Buscaremos el modo y lo digeriremos juntos.
Hoy vienen a mi memoria los momentos de angustia cuando, con tan sólo cinco añitos, el virus de la varicela invadió su suave y delicada piel.
¡Pobrecito! Ese irremediable picor nos tenía desesperados. Gracias a Beny y a la ingeniosa imaginación de papá hallamos consuelo.
Beny era su osito de peluche preferido, al que papá pegó pegatinas rojas de distintos tamaños simulando contraer la misma erupción.
¡Mirad! ¡Creo que Beny se ha contagiado de varicela! ¡Tenemos que curarle!, nos gritó una mañana desde el cuarto.
Corriendo fuimos con él, casi se me escapa la risa al verlo.
¡Rápido mamá! Hay que echarle polvos de talco para que no se rasque, me dijo.
De esta manera, preocupado por su oso y pendiente de prestarle los cuidados necesarios, relegó la aparición de sus vesículas a un segundo plano.
Hoy al atravesar la entrada de la unidad especializada en el tratamiento de niños con cáncer, él se hace el fuerte y a mí se me cae el alma a los pies.
Una trata de hacerse a la idea de la enfermedad, su proceso y todo lo que implica mas, verlos a ellos, pelones, enganchados a sus máquinas y con una sonrisa en la cara es... ¡Es Injusto!
No sé si ha sido mi hijo o he sido yo quien ha agarrado con fuerza nuestras manos pero, los dos somos conscientes de que jamás permitiré que nada ni nadie me lo arrebate.
Todo es de colores y está lleno de luz y calor. Un calor acogedor, aseguraría que es el que irradian las miradas de cada una de las personas (grandes personas), con las que nos cruzamos hasta llegar a nuestra habitación.
Nos ha dado la bienvenida el payaso Pikolín, cuyo nombre le viene de lo mucho que le gusta dormir. ¡Lo hemos pillado durmiendo en nuestra cama! ¡Qué susto se ha llevado!
Cuanto nos hemos reído.
Me ha soltado la mano y se ha relajado y yo me he sentido tan insignificante ante la entrega, la fe y la labor de aquellos que viven por y para ayudar a los demás. Pues una simple carcajada conlleva un gran esfuerzo y dedicación y más, ante tales circunstancias.
Hoy la doctora nos ha informado de las pruebas y la manera de combatir "a las pequeñas manchas rojas (como las de Beny), que ahora están por dentro de tu cuerpo y no se ven".
-El trayecto será largo y los pasos pueden parecer pequeños pero, hay una llegada a meta, en la que todos, tu familia y nosotros te estaremos esperando y en tu recorrido tú, tú vas a enseñarnos lo fuerte que eres y lo mucho que los quieres, recalcó la doctora guiñándonos un ojo a su padre y a mí.
-¡Ah! Sólo una cosa más.
Hoy puedes jugar y conocer cuanto desees, añadió.
Y, así, entre juegos y batalla derrotamos al linfoma. Ese que nadie supo cómo llegó pero que se equivocó, porque mi hijo es un gran luchador.
Hoy ya no existen los lamentos, los llantos ni las suplicas. Se borraron el dolor, el desánimo y la rabia. Se me olvida aquel olor y las noches con sus días.
Almaceno en  mi recuerdo lindos rostros y palabras que fueron mi sustento y me ha debido de crecer el corazón de tanta gente a la que admiro y de a los muchos que he querido y aún quiero.
Hoy ya sé que sí existen los superhéroes y las superheroínas porque yo tengo uno en casa.

A los diagnosticados, enfermos, curados y a los, tristemente, fallecidos mi más sincera admiración, pues pelear contra algo invasivo e invisible es un arduo trabajo. Una verdadera lucha de Titanes y no las que se cuentan en la mitología griega.

A los familiares muchísima fuerza y todo mi ánimo. Ellos son la base. Si un pilar se debilita corre peligro de derrumbe.

A los profesionales (médicos, investigadores, enfermeras...) a los voluntarios ¡Muchas Gracias!

Al resto... Sensibilizar y Concienciar, porque todos los días deberían ser 15 de Febrero (Día Internacional del Cáncer Infantil)


http://colecciondegifs.blogspot.com.es/2014_07_10_archive.html


  

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